Desde la condesa Báthory hasta los asesinos de nuestros tiempos, detectives, científicos y estudiosos de los casos de homicidio han tratado de desentrañar cómo funciona la personalidad, el cuerpo y la mente de los asesinos seriales, qué factores influyen en sus vidas para transformarlos de ciudadanos respetables en máquinas de matar sin sentimientos, caníbales o torturadores.
Muchas respuestas se encontraron a través de los tiempos, desde Franz Joseph Gall hasta Cesare Lombroso, pasando por tantos otros como los actuales psicólogos, perfiladores y estudiosos del tema que dedicaron su experiencia y años de investigación a develar la mente de un asesino serial.
Franz Joseph Gall (1758-1828)
Médico vienes creador de la Frenología o "cra-neología", basó sus estudios de los criminales tomando como punto de partida las características de la personalidad y cómo se relacionaba esto con la forma del cráneo.
Esta teoría se oponía al pensamiento científico tradicional, que separaba el cuerpo de la mente. El Dr. Gall pensaba que los caracteres y las funciones intelectuales de un individuo dependían de la conformación externa del cráneo, es decir, que podían analizarse las facultades y funciones de la mente porque ciertas áreas del cerebro se correspondían con caracteres psicológicos, guardando relación con el tamaño y la formación externa del cráneo. Estas tendencias se reducían a las de naturaleza amativa, adquisitiva, destructiva o combativa. Johann Cristoph Spur-zheim (1776-1832), discípulo de Gall, popularizó esta teoría que interesó a los criminólogos, que trataban de definir la localización de la función criminal.
Cesare Lombroso (1835-1909)
La teoría del criminal nato
La teoría del criminal nato
Este médico italiano nació en Verona el 6 noviembre de 1835. Además de su carrera en medicina también se interesó por la Psiquiatría y cursó estudios en la Universidad de Pavía. Al ponerse en contacto con la obra de Darwin Del origen de las especies por vía de selección natural queda totalmente fascinado y la traduce al italiano. Allí, los estudios de Darwin sobre la evolución del hombre, partiendo del mono y pasando por el pithecanthropus erectas y otros humanoides más o menos inteligentes, influyen en Lombroso para la búsqueda de la relación que podría existir entre esta teoría y la criminología.
Lombroso, mediante sus observaciones, había concluido que tanto el criminal, corrió algunas ardillas y castores, presentaban hundimiento de la fosa occipital; a este rasgo Darwin lo llamaba "evolución atávica", que hacía regresar a la especie humana a la animalidad. El comportamiento criminal, entonces, no era consecuencia del mundo exterior sino una disposición natural e*i algunos sujetos, "criminales natos".
Durante casi diez años, Cesare Lombroso trabajó arduamente para demostrar su teoría: coleccionó grandes cantidades de cráneos y estudió la morfología de por lo menos 25.000 criminales o anormales.
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Su profusa investigación fue volcada en su libro L'Uomo Delincuente (El hombre delincuente) de 1889, una obra que se explayaba sobre los rasgos característicos de los criminales. Además del hundimiento de las fosas occipitales, la lista incluía: caja craneana demasiado pequeña, muelas del juicio demasiado grandes, escasa vellosidad en el cuerpo, frente huidiza, arcos temporales pronunciados, mandíbulas fuertes y marcadas, fuerte desarrollo de cigomas (malares -huesos de las mejillas-), prognatismo (mandíbulas marcadas), fuerte pigmentación, cabello enrulado y espeso, defectos en las orejas, asimetría de la cara, y labios carnosos o hinchados. Sumó a estas características antropométricas otras de índole psicológica e intelectual; según este médico, los delincuentes carecían de sensibilidad y eran "psicópatas incapaces de sentir piedad y paradójicamente muy sentimentales". Agregaba * que eran perezosos, versátiles e hipócritas.
El criminal nace criminal y está predestinado a delinquir. Para Lombroso es una especie humana distinta, que no podrá eludir su destino de criminalidad.
El criminal nace criminal y está predestinado a delinquir. Para Lombroso es una especie humana distinta, que no podrá eludir su destino de criminalidad.
Clasifica a los criminales en:
1- Criminales natos
2- Criminales locos
3- Criminales por pasión
4- Delincuentes ocasionales
a- pseudo criminales, actos en defensa del honor
b- delincuentes habituales
c- criminaloides (estados intermedios)
1- Criminales natos
2- Criminales locos
3- Criminales por pasión
4- Delincuentes ocasionales
a- pseudo criminales, actos en defensa del honor
b- delincuentes habituales
c- criminaloides (estados intermedios)
A pesar de su riguroso trabajo, la teoría no tenía sustento científico y fue atacada por su contemporáneo Jean Alexandre Lacas-sagne, fundador de la escuela lyonesca de la criminología que oponía a la teoría de Lombroso del "criminal nato", la del "medio social", es decir, que la sociedad era el caldo de cultivo de la criminalidad.
Para los criminólogos de esa escuela, como el Dr. Edmond Lo-card, no hay criminales congénitos sino medios y circunstancias que favorecen el crimen. A pesar de sus detractores y de que su teoría fue ampliamente superada, se debe reconocer a Lombroso el haber inventado una nueva ciencia: la Antropología Criminal, que no sólo se ocupa de la parte física sino también del estudio del comportamiento de los criminales, ya que hasta entonces la criminología se había interesado nada más que por el crimen y sus circunstancias. A partir de Lombroso, el enfoque estaría en el criminal, su personalidad, su psicología y sus taras mentales. La obra de este médico fue prolífica, ya que publicó varias títulos además de El hombre delincuente, como por ejemplo El crimen político y las revoluciones, Las mujeres criminales y las prostitutas y El crimen: causas y remedios.
Otra mirada para develar la conducta del asesino serial está localizada en la infancia, ya que es en este período donde se forma el futuro carácter del adulto. Buscando respuestas al accionar delictivo se comprobó que muchos asesinos seriales fueron adoptados, y este factor tiene gran peso en su psicología ya que una vez conocida su situación familiar, el individuo es perseguido por el fantasma del abandono y del rechazo de sus padres, y en su fantasía los imaginará como villanos o como héroes.
La revelación de la adopción, sumada a una psiquis débil, traerá serios problemas de personalidad y, si el afectado busca a sus verdaderos padres y es rechazado nuevamente, las consecuencias pueden ser catastróficas. Quien sufrió este tipo de adversidad fue David Berkowitz, que al encontrarse con su madre ésta lo ignora. El detonante de su vida de criminalidad fue un conflicto de identidad padre/hijo que se manifiesta en su propia firma: El Hijo de Sam.
David Berkowitz
Ted Bundy, joven estudioso y con una infancia aparentemente feliz, se transforma en un cruel asesino al enterarse de su verdadera historia. Su madre, al ser soltera y pertenecer a una familia muy severa, lo rechaza en los primeros años de su vida y él cree que ella es su hermana y que su abuelo es su verdadero padre. Bundy gráfica con estas palabras lo que sintió en el momento de conocer la verdad: "Fue corno golpearme de lleno contra una pared de ladrillos".
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Todas las investigaciones apuntan a develar si los asesinos en serie nacen o se hacen , es decir, si su comportamiento homicida es consecuencia de la genética o se debe a factores ambientales. La adicción es una enfermedad que une estos puntos, lo social y lo genético, y ha sido definida como una enfermedad bio-psico-social, ya que posee los tres componentes.
Biológico: responde a factores genéticos.
Psicológico: depende del comportamiento individual, algunos serán adictos y otros no.
Social: se emparenta con los factores ambientales.
Biológico: responde a factores genéticos.
Psicológico: depende del comportamiento individual, algunos serán adictos y otros no.
Social: se emparenta con los factores ambientales.
Si se analizan estos elementos se podrá ver que una persona puede ser más propensa que otra a tener una adicción (factor biológico) y que otra, en cambio, no se inclina hacia una adicción a la que no tiene acceso (factor social).
Históricamente, existen dos tipos de adicciones: adicción a las sustancias (drogas, tabaco, alcohol, fármacos); adicción a las conductas (juego, sexo, etc.) La persona adicta sabe que su adicción no curará sus miedos, sus frustraciones, su baja autoestima, pero sabe que lo ayudará a reforzar su seguridad, aunque sea en forma momentánea.
La tendencia a la adicción se encuentra entre los factores genéticos y ambientales. Si un niño es hijo de un drogadicto o un alcohólico, será más vulnerable que el resto para caer en algún tipo de adicción; si ese mismo niño nace en un ámbito social donde el fumar o el beber es de difícil acceso, será menos proclive a caer en este tipo de adicciones.
Durante el período de la niñez, cuando la personalidad está en formación, algunos comportamientos pueden indicar que un niño padecerá una adicción en el futuro, por ejemplo, un hogar sin afecto, conductas antisociales, baja autoestima, etc. En el proceso de la adicción se reconocen tres etapas:
Precursora: el individuo se inclina hacia la adicción.
Desarrolladora: la adicción comienza a ser utilizada.
Degenerativa: la adicción gobierna la vida del individuo.
Precursora: el individuo se inclina hacia la adicción.
Desarrolladora: la adicción comienza a ser utilizada.
Degenerativa: la adicción gobierna la vida del individuo.
¿Qué tipo de adicción sufren los asesinos en serie? La adicción a la violencia, a la sangre, al sufrimiento ajeno, a la humillación (o son estas las formas de manifestar dicha adicción). Dentro de todo asesino en serie se esconde un ser con un grave trastorno de personalidad, un psicópata o sociópata. Son síntomas de esta enfermedad la incapacidad de amar o de ser amado, conducta agresivo-compulsiva, sadismo, falta de remordimientos y culpa.
Visto de este modo, el uso de la violencia por parte del asesino obedecería a la búsqueda de un fin. Si hablamos de un asesino sexual, ese será el fin que busca aliviar, pero si se analizan más en profundidad las causas de los ataques homicidas, se verá que están íntimamente ligadas con fantasías de sometimiento y control sobre las víctimas, que "permitirán" al criminal el goce sexual o la aceptación social. Este accionar está presente en los asesinos organizados, en los que el conocimiento de la víctima y de sus costumbres, son formas de demostrar su poder y control sobre ellas. En cambio, en el asesino desorganizado, la dominación se manifiesta en el lugar del crimen, donde la violencia se manifiesta en forma de mutilaciones, vejaciones, etc. En la mente del asesino, su fantasía entre lo que es y lo que realmente quiere ser es lo que lo impulsa a matar; por eso continúa matando, porque en el ritual que es el crimen en sí mismo se acerca a esa fantasía que nunca lo satisface y que siempre puede mejorarse. Un asesino serial encarcelado y luego liberado, repetirá el mismo raid delictivo, se volverá más osado y evidente, desafiará temerariamente a la policía, buscará en sus homicidios la liberación de su ansiedad, de sus temores.
La mayoría de los asesinos en serie provienen de un seno familiar roto o que se desmembró durante su niñez, muchos fueron sometidos sexual-mente o maltratados psicológicamente, otros tantos tuvieron problemas de alcoholismo a edad temprana. Estos ambientes desoladores y aberrantes gestan en ellos personalidades tímidas, introvertidas, inseguras, que no les permiten relacionarse con los demás. Ya en la adolescencia, en el momento del despertar sexual, son incapaces de separar el placer del dolor, ya que es eso lo que han vivido desde siempre, y en el futuro buscarán satisfacción propia a costa del dolor ajeno.
Autor: pasarmiedo.com
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